El templo de Baalbek: la ancestral conexión yóguica con el Líbano
El templo de Baalbek es conocido en el mundo como un monumental templo a Júpiter de dos mil años de antigüedad que se alza sobre bloques de piedra de tres mil toneladas. Pero en este santuario ancestral, ¿hay algo más que lo que salta a la vista? ¿Y si tuviera un origen totalmente inesperado?
Una meditadora de Isha habla de su experiencia al visitar el monumento de Baalbek en el Líbano, y de cómo se dio cuenta de que, en realidad, este es un templo construido por yoguis hace mucho tiempo.
¿Quién construyó el templo de Baalbek en el Líbano?
Baalbek es un monumento increíble que se alza sobre una colina en el valle de la Becá, en el Líbano. La construcción del extenso templo fue iniciada por los fenicios entre tres y cuatro mil años atrás. Los griegos se sumaron a ella, seguidos de los romanos y, mucho más tarde, los árabes. Según la leyenda local, el templo fue construido originalmente por gentes «del este» y no se sabe mucho más allá de eso. Visité el lugar varias veces y disfruté de largos paseos por las ruinas, pero no fue hasta mi búsqueda del yoga que encontré conexiones reveladoras con otras civilizaciones.
Una de las grandes piedras, similar a las montadas en las murallas de Baalbek
¿Cómo se transportaron las piedras de Baalbek?
Algunos datos curiosos sobre el templo de Baalbek: el primero es que verás lotos de piedra tallados en los techos del templo. Eso produce intriga porque en el Líbano no hay lotos. Pero cuando, más tarde, llegué a la India, vi que el loto es el simbolismo más común de la espiritualidad aquí. No he visto un templo indio sin uno. En segundo lugar, se supone que las piedras de los cimientos del templo pesan ochocientas toneladas cada una. Los antiguos transportaban estas inmensas piedras y también erigían enormes columnas de al menos 3 metros de diámetro y 15 de altura. Se dice que fueron trasladadas con la ayuda de elefantes, pero la gente no da mucho crédito a esto, ya que no hay elefantes en Asia occidental.
El loto es el simbolismo más común de la espiritualidad en la India
Todas estas piezas del rompecabezas encajaron de forma espectacular cuando aprendí a realizar la tradicional Guru Pooja (la puja del gurú: un proceso diseñado para invitar a la gracia a tu vida) en el ashram de la India. Me dijeron que la forma tradicional de honrar al gurú se conoce como Shodashopachara o las 16 formas de tratar a un gurú. También se usa con este fin algo llamado «piedra Guru Pooja», una piedra con 16 esquinas. Cuando la vi, recordé esta gran piedra que yace en medio de las ruinas de Baalbek, y pude conectar los puntos: los lotos, los elefantes y la piedra de 16 esquinas...
De repente, mi llegada a la India no parecía tan novedosa ni original. Es obvio que hubo una interacción cultural que se remonta a miles de años.
Sadhguru:
Baalbek es un monumento increíble. Es algo que todo el mundo debería ver. Algunas de las piedras pesan 800 toneladas. Quiero que entiendas: hacer esto sin equipamiento, sin grúas, sin camiones, sin grandes barcos... ¿qué clase de seres humanos se atrevieron siquiera a pensar así? Definitivamente no eran personas que pensaran solo en dinero y pan.
Entre las piedras del techo, hay un claro símbolo de anahata, con 6 pétalos y dos triángulos entrelazados. Y, sobre todo, en el museo de Baalbek hay una piedra con 16 esquinas llamada «piedra Guru Pooja».
Guru Pooja no es solo algo emocional, es todo un sistema de crear una cierta posibilidad, de crear un campo de energía a tu alrededor para que la gente se vuelva receptiva y se sienta atraída por todo el proceso. Esto se llama Shodashopachara, que significa: 16 maneras de tratar a un gurú. Para ello, se hacen piedras de 16 esquinas llamadas Guru Pooja Peetas, que son exclusivas de la cultura yóguica. Las piedras de 16 esquinas de Guru Pooja no podrían haber ido a ningún otro lugar excepto desde el conocimiento que el propio Adiyogi transmitió. Algo así no existe en ningún otro lugar del planeta, pero en Baalbek hay una piedra Guru Pooja de miles de años de antigüedad. Obviamente, hubo una conexión comercial y espiritual muy activa entre ambas tierras.