Si pudieras cantar la alegría, ¿cómo sonaría? Alai Alai es una canción que comunica la exuberancia de ser humano. Compuesta por Sounds of Isha (Sonidos de Isha), es una expresión de la alegría sin límites que se ha filtrado en los corazones de millones de personas en todo el mundo en forma de «Ananda Alai: Una Ola de Dicha» que se origina en Sadhguru.

La creación de Alai Alai

Esta fue una canción escrita para la serie de mahasathsangs (grandes congregaciones) de Sadhguru, llamados Ananda Alai (Ola de Dicha), que cautivaron a toda una multitud de personas en el sur de la India y que se están extendiendo por toda la India y el extranjero, para ofrecer a miles de personas al menos «una gota de espiritualidad». Puesto que Sadhguru les había puesto a los mahasathsangs el nombre «Ananda Alai», pensamos que deberíamos tener una canción sobre «Alai», que significa ‘ola’; y, naturalmente, un pescador se relaciona con Alai más que nadie, ya que su vida depende de ello. Así que la canción se convirtió en una canción de pescadores.

Fue también tras el tsunami, que había dejado su impacto en nuestras mentes, y que se refleja en la canción. Durante el tsunami —una ola enorme y una fuerza destructiva gigantesca para muchos seres humanos—, los peces estaban cómodos y a salvo en las profundidades del mar. Nos demostró que la naturaleza superficial de la vida no puede hacernos nada si estamos profundamente arraigados en el interior de lo que somos.

Todo el ashram contribuyó a la creación de esta canción prestando sus voces al estribillo, y todos nos divertimos mucho en el proceso. Al fin y al cabo, ¡es una Ola de Dicha!

Alai Alai

Alai alai alai alai alai alai
Alai alai alai alai alai eṉa
Como una ola,

Maṉam dhiṉam adhu ōduthē
Sugam thaṉai adhu thēduthē
La mente corre
En busca de felicidad

Uyiriṉ uṟavu uṇarndhidāamalē
Sin comprender la naturaleza de la vida.


Yelēlō ailēsā yelēlō
Yelēlō ailēsā Yēlēlō || (melodía popular támil)

Nethili meeṉa pōla āasai (āahō)
Thimiṅgalam pōla adhuvum pēsa (āahō)
Tu deseo es solo un pequeño pez,
Pero crece hasta convertirse en una ballena.

Thimiṅgalam thāaṉ pudichu nāaṉē thantha piṉṉum
Nethili vāasam iṉṉum pēsa (āahō āahō)
E incluso después de atrapar a la ballena
¡Aún quieres otro pececito!

Kāathu adikkutham'mā
Ōdam asaiyutham'mā
Āasai alaigaḷiṉ mēlē
El viento sopla,
El barco se mece
Sobre las olas del deseo.

Uḷḷam thudikutham'mā
Vāazhkai nadakkutham'mā
Āasai alaigaḷiṉāalē (Alai Alai alai…)
El corazón late,
La vida sucede
Debido a las olas del deseo.

Thanthanāaṉē thāṉētham thanthanāṉē
Thanthanāṉē thāṉētham thanthanāṉē || (melodía popular támil)

Alaigaḷ ellām Kadaliṉ mēlē dhāaṉē
Kadalukkullē Meeṉgaḷ suthanthiram dhāanē
Las olas solo están en la superficie del mar;
En lo profundo, los peces son libres.

Āasai ellām Maṉadhiṉ mēlē dhāaṉē
Uḷḷathuḷḷē Āaṉantha thāaṇdavam dhāaṉē
Los deseos están solo en la superficie de la mente;
Dentro, en lo profundo, solo existe la danza del éxtasis.

Uṇarnthāalē dhāṉ Uṉakkuḷ āaṉandham dhāṉē
Alaigaḷ ellām Āaṉandha alaigaḷ dhāaṉē (Alai Alai alai…)
Cuando te des cuenta de esto, serás dichoso,
Y todas las olas serán Olas de Dicha.

Yelēlō ailēsā yelēlō
Yelēlō ailēsā Yēlēlō || (melodía popular támil)

Sadhguru: Si lo miras con la consciencia necesaria, verás que el proceso mismo de la vida, a lo que sea que nos refiramos como el proceso de vivir, es una cierta búsqueda, un cierta necesidad de incluir, evolucionar y crecer hacia nuestra naturaleza suprema. Si observas los deseos más básicos dentro de ti, verás que el deseo fundamental es incluir algo o a alguien como parte de ti mismo. Fundamentalmente, quieres expandir tu manera de ser; y no te conformarás con ninguna cantidad de expansión. Hay algo dentro de ti que busca una experiencia sin límites. Cuando encuentra una expresión inconsciente, lo llamamos modo de vida materialista. Cuando encuentra una expresión consciente, lo llamamos modo de vida espiritual. No son diferentes, no están en conflicto. Solo que el uno es un proceso inconsciente, el otro es un proceso consciente. El uno es caminar con los ojos cerrados, el otro es caminar con los ojos abiertos. Esa es toda la diferencia. 

Si has conocido el dinero, el poder, la riqueza y el placer; si lo has probado todo en tu vida y te has dado cuenta de que nada va a funcionar en el sentido real ni te satisfará en última instancia, entonces es el momento del yoga.

Este anhelo de unidad o este anhelo de incluirlo todo como parte de ti, cuando encuentra una expresión física básica, lo llamamos sexo. Con el sexo, intentas desesperadamente volverte uno con alguien. Por mucho que lo intentes, no sucede. Hay momentos en los que sientes que eres uno, pero al momento siguiente todo está separado. Si lo intentas mentalmente, generalmente se le etiqueta como codicia, conquista, ambición: intentas incluirlo todo como parte de ti; quieres conquistar el mundo entero. Si encuentra una expresión emocional, lo llamamos amor. Si encuentra una expresión consciente, lo llamamos yoga. Es el mismo anhelo de incluir algo como parte de ti.

¿Por qué quieres incluir a otra persona como parte de ti? De alguna manera, la manera en que eres no es suficiente. Por unos momentos, has conocido un poco de dicha en ella, así que eso es lo que persigues. Supón que estás tan completo dentro de ti que eres absolutamente dichoso por tu propia naturaleza, ¿anhelarías volverte uno con otra persona?  No. Así que no es ambición o sexo lo que persigues: lo que buscas es la dicha. Los pocos momentos de dicha que has conocido no son suficientes para ti. Así que, ¿no es hora de que la abordes conscientemente?

Por eso Patanjali, cuando escribió los yogasutras, los empezó de una manera extraña. El primer capítulo de los yogasutras es «... y ahora, yoga». Un documento tan grandioso sobre la vida comienza con media oración. Intelectualmente, no tiene ningún sentido; pero, experiencialmente, lo que dice es: «Si todavía crees que construyendo una nueva casa o encontrando una nueva esposa o casando a tu hija resolverás tu vida, todavía no es tiempo para el yoga. Si has conocido el dinero, el poder, la riqueza y el placer; si lo has probado todo en tu vida y te has dado cuenta de que nada va a funcionar en el sentido real ni te satisfará en última instancia, entonces es el momento del yoga».

   


Nota del editor

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