Cómo dejar de ser una víctima
El sufrimiento, aunque parece ser inevitable, es opcional y autoinfligido, es lo que Sadhguru explica en este artículo. Si bien es posible que no tengamos control absoluto sobre las situaciones que nos rodean, sí tenemos el poder de elegir cómo las experimentamos y respondemos a ellas.
Pregunta: Vengo de una familia con una sucesión de desastres increíbles. ¿Cómo ayudar a las personas que solo sufren?
Sadhguru: Puede que esto no te suene compasivo, pero debes entender esto: ¿quieres consuelo, o quieres una solución? Si quieres una solución, hay una cierta manera de manejarlo. Si quieres consuelo, puedo decir cosas reconfortantes, cosas agradables, pero eso no es una solución. Te reconforta por un momento; al momento siguiente, volverá a ser lo mismo. Si quieres una solución, necesitas entender que solo estás sufriendo tus recuerdos. No estás sufriendo la vida.Tus recuerdos existen en dos lugares: uno es tu cuerpo, el otro es tu mente. Ambos son acumulaciones que has creado a lo largo de un tiempo. Es como la ropa que usas; ahora mismo estoy usando ropa suelta, así que, constantemente, soy consciente de ella. Supongamos que usara ropa de nylon muy ajustada; después de un tiempo, yo no sabría qué es mi piel y qué es mi ropa. Eso es todo lo que te ha pasado: no sabes qué eres tú, qué es tu cuerpo, qué es tu mente; todo ello se ha convertido en ti, porque lo llevas muy pegado. Si has hecho Isha Kriya, sabrás esto: «Yo no soy el cuerpo, tampoco soy la mente». Si te sientas aquí y hay un pequeño espacio entre tú y tu cuerpo, entre tú y tu mente: este es el fin del sufrimiento.
Solo tienes dos tipos de sufrimiento: sufrimiento físico y sufrimiento mental. Si mantienes una pequeña distancia entre tú y tu mente, este es el fin del sufrimiento. Esta mente es una posibilidad tremenda, pero la mayoría de los seres humanos la está utilizando como una máquina de fabricar miseria. Incluso veo que hoy, por alguna razón, el sufrimiento parece ser popular. Cuando alguien habla de dolor, la gente aplaude; cuando alguien habla de alegría, la gente se ríe de ellos.
Incluso cuando eras niño, te pasó esto. Tus padres, sin saberlo, te hacían esto. Probablemente estás haciéndoles lo mismo a tus hijos. Si tus hijos están saltando y gritando de alegría, les dirás que se callen. Pero, si se sientan en una esquina, les preguntarás qué les pasa. A partir de ese momento, aprenden que el sufrimiento trae beneficios. Pero, cualesquiera beneficios que obtengas, si estás sufriendo, ¿qué sentido tiene? Si estás alegre, y no obtienes ni una maldita cosa, ¿qué pasa?
Así que no romantices tu sufrimiento: no es algo bueno. Y lo estás haciendo tú mismo. Que ahora mismo seas miserable o alegre, es completamente tu elección. Los demás pueden crear situaciones cómodas o incómodas solo en el exterior. El sufrimiento es completamente obra tuya. Otras personas pueden crear situaciones, pero no pueden hacer que tú o yo suframos.
El sufrimiento es tu elección. Has escuchado la palabra «Buddha». La mayoría de ustedes pensarán en Gautama, el Buda, pero Gautama no es el único Buda. Ha habido miles antes que él y miles después de él, y todavía los hay. «Buddha» significa simplemente esto: Bu significa «buddhi» o «intelecto», dha significa «uno que está por encima de». Aquel que está por encima de su intelecto es un Buda. Aquel que está en su intelecto, es un ser humano que sufre sin parar. Si sucede algo, sufrirán; si no pasa nada, sufrirán. Saben cómo convertir todo en sufrimiento. Si estuvieras por debajo de la mente, no sufrirías tanto.
Otras criaturas no sufren tanto como tú. Para ellas, si sus necesidades físicas están atendidas, están bastante bien. Si el estómago está lleno, están bien. Pero tú no eres así: por una parte sufres hambre, por otra sufres indigestión. Por favor, no romantices tu sufrimiento. Tú no eres víctima de nadie; tú eres una víctima de tu propia creación. Puede que esto no te parezca muy compasivo, pero, si quieres una solución, debes entender que la fuente de tu sufrimiento eres tú y solamente tú. Los demás solo pueden crear situaciones. Pueden decir o hacer algo pero, que tú sufras eso o no, es cosa tuya.
Es como si salieras a la calle y alguien te insultara; digamos que te llamaron idiota. Hervirías de ira por dentro: «¿Quién es este tonto que me llama idiota? Él es un gran idiota; él es...», lo que sea. A las 2:00 de la madrugada, estás acostado en tu cama, dando vueltas y vueltas, todavía pensando en este tipo que te llamó idiota. Él solo dijo una palabra y se fue, y eso tiene tal impacto en ti. Entonces, lo que dijo debe ser verdad. Casi cualquier persona puede causarte miseria. Y si no hay nadie, tú te la causas a ti mismo. Por favor, para esto. No hay romance en la miseria. Si estás disfrutando de una vida trágica, entonces disfrútala; no te quejes.
A algunas personas les gustan las películas románticas; a otras les gusta la comedia; a otras personas les gustan las películas de terror. Si te gusta la miseria, hazla, pero debes disfrutarla. La gente va a ver una tragedia de Shakespeare porque disfrutan del sufrimiento de otros. Si te gusta tu propio sufrimiento, disfrútalo: depende de ti; pero no crees sufrimiento y pienses que alguien más te lo está haciendo a ti. En el mundo de hoy, si alguien te está haciendo daño físicamente, sabes qué hacer. No pienses que alguien te está lastimando mentalmente. Nadie te está lastimando mentalmente. Están haciendo lo que mejor saben hacer. Tú te estás haciendo daño a ti mismo. Supongamos que yo solo conozco el abuso. Me pararé aquí y abusaré de ti incesantemente. La suciedad está en mi boca, no en tu mente.
Así que no adoptes este síndrome de víctima. Tú no eres víctima de nadie, excepto de ti mismo. Es completamente tu propia creación. Hasta que lo veas, no hay forma de salir de ahí. Esto es lo más esencial que necesitas ver: cualquier cosa que seas ahora mismo, y cualquier cosa que no seas, es fundamentalmente tu responsabilidad. Por favor, haz que eso suceda..
Nota del editor: La versión original de este artículo se publicó en la revista mensual «Forest Flower», de octubre de 2019. También está disponible la suscripción a la revista digital (solo en inglés).