Dar totalmente, vivir totalmente
Sadhguru habla sobre ir más allá de los cálculos y la mezquindad de la mente y el corazón.
Solo si aprendes a dar totalmente conocerás la vida en su totalidad, explica Sadhguru. Él habla sobre ir más allá de los cálculos y la mezquindad de la mente y el corazón.
Sadhguru: Los grandes movimientos, las revoluciones, las cosas fenomenales que han cambiado la vida humana en este planeta, no ocurrieron porque algo bajara atronadoramente de los cielos. Cuando se prestó la atención necesaria, pequeñas cosas, hechas por un puñado de personas, florecieron en un proceso fenomenal.
Si le prestas suficiente atención y energía, lo que late en un corazón humano —los pensamientos y emociones de un ser humano— puede inspirar al mundo entero. Por ejemplo, Mahatma Gandhi comenzó su movimiento con solo un puñado de personas. En poco tiempo, este puñado se convirtió en millones y se volvió un gran movimiento.
Si le das la atención, la concentración y la energía necesarias a las cosas pequeñas, pueden convertirse en grandes avalanchas. Es solo que, normalmente, la mayoría de las personas no se entregan a ese tipo de pasión como para que puedan prestar atención a algo continuamente. Prestan atención de forma intermitente, así que nunca toma ese tipo de impulso. Pero, si prestas suficiente atención a una sola idea, pensamiento o emoción, puede convertirse en un proceso fenomenal para un individuo y para toda la humanidad.
Demasiado tacaños
Una de las razones por las que la mayoría de la humanidad vive una vida mediocre es porque son tacaños y mezquinos. No pueden sonreír totalmente o expresarse totalmente. Cuando eres así de tacaño, la vida también es muy tacaña contigo. Incluso si te sientas y meditas durante mil años, solo dará de forma mínima porque eres muy tacaño.
Una vez sucedió que, no en esta vida sino en una vida anterior, Shankaran Pillai era un gran tacaño. Un día, su casa se incendió, ¡así que dejó dos llamadas perdidas en la estación de bomberos!
Veo a la gente haciendo esto incluso conmigo. No es por miedo. No es el peligro inminente de ser tragado por algo que te limita. Es el cálculo. Los cálculos de un hombre tacaño no tienen límites, solo siguen y siguen. Si consiguen una fruta, les gustaría cortarla en un millón de trozos y dar una millonésima parte de esa fruta a alguien. Cortar una fruta en un millón de trozos puede tomar media vida. Eso es lo que está ocurriendo. Para dar poco, la gente tarda toda una vida. Por eso, nada sucede. Puedes ir a cualquier número de ashrams, ver cualquier número de gurús, ir a cualquier número de templos y hacer cualquier cantidad de rituales, ponerte de cabeza, meditar; no pasa nada, porque eres tan tacaño. No puedes entregarte a nada absolutamente, ese es todo el problema. Esta vida ocurre en una cierta totalidad. Solo aquel que se entregue totalmente conocerá la vida en su totalidad. Otros no la conocerán.
La consecuencia del cálculo
Cuando las personas tienen que conseguir algo, pierden toda lógica. Cuando tienen que dar algo, ¡se ponen perfectamente lógicos! Este cálculo está matando a la humanidad. Este cálculo excesivo sobre cada cosa ha hecho que los seres humanos —que podrían haber vivido como flores fragantes— vayan por ahí como espinas. Si les preguntas: «¿Por qué?», «Sabes, ayer me pincharon, así que ahora soy un puercoespín». Cuando este sentido del cálculo entra en la mente humana, no tienen que saltar de una montaña. De todos modos, están medio muertos. Ya están en el camino del suicidio.
La gente no deja de hacerme esta pregunta: «Todos venimos de la misma fuente. ¿Por qué uno florece y otro no?». Es simplemente porque están ahorrando para el futuro. Esto es como un perro desganado que esconde sus huesos aquí y allá y luego se olvida de dónde están. La gente ha escondido toda la naturaleza maravillosa que un ser humano puede tener en lo más profundo de su ser, para el futuro, porque van a ir al cielo ¡y quieren ser amorosos y alegres allí!
Si dejas un barco en un puerto o en un muelle, está muy seguro; pero, desafortunadamente, un barco no fue construido para dejarlo en el puerto. Un barco se construyó para navegar por los océanos. Aquellos que constantemente están tratando de estar a salvo y de salvarse a sí mismos y todo lo que tienen para el futuro, aquellos que no tienen un presente, ¿dónde vendrá un futuro para ellos? Si te estás perdiendo el presente, cuando llegue el futuro, ¿qué te hace pensar que no te lo perderás?
Hay una historia sobre el Buda Gautama. No es una historia verdadera. Es una historia. Dicen que, cuando Gautama alcanzó el nirvana y se dirigió hacia las puertas de la liberación final, mukti, su espalda estaba orientada hacia la puerta, no su cara. Entonces le preguntaron: «¿Por qué, Gautama? Toda tu vida has tenido este problema. En el mundo, todos intentan convertirse en reyes, todos intentan ganar dinero y vivir en un palacio. Ahí también ibas para atrás. Pasaste de ser un rey a un mendigo, de un palacio a la pobreza absoluta. Allí también ibas en reversa. Ahora, porque de alguna manera lo has hecho bien, te abrimos las puertas de la liberación definitiva. ¿Por qué les das la espalda?». Gautama dijo: «No tengo intención de cruzar la puerta, por eso estoy mirando hacia otro lado. Simplemente estoy esperando a que todo el mundo pase antes de que yo entre. No tengo prisa. Creo que es un poco antiestético que yo pase antes que los demás».
La gente siempre trata de encontrar una solución rápida para distraerse de la mezquindad de su mente y corazón. ¿Cuántos de ustedes, en las últimas 24 horas, le han sonreído a alguien o a algo de tal manera que las lágrimas les han venido a los ojos? ¿Por qué tan tacaños solo para sonreír? No te vas a deshidratar si se te caen algunas lágrimas. El problema es el cálculo. Quieres soluciones. No hay soluciones. La disolución es la solución definitiva. Si te disuelves en el proceso de respirar y vivir aquí, entonces eres una solución para todo.
Disolverse en el dar
La disolución no se producirá con cálculos. La disolución se producirá en el dar; solo dar cada momento de tu vida. Solo convertirse en un proceso de dar. Si eso no está ahí, no te disuelves. Si no te disuelves, no hay solución.
Quiero que pruebes esto: en las próximas 24 horas, debes conocer al menos un momento de dar totalmente. Debes dar de tal manera que todo en ti se derrita. Un momento de entrega en 24 horas. ¿Puedes hacerlo?
Nota del editor:
La temporada de fiestas es un momento que se celebra como un festival de dar. En este video, Sadhguru habla de cómo dar puede convertirse en un proceso de apertura y disponibilidad hacia una posibilidad superior.