De la ambición a la visión: del «más» al «todo»
Sadhguru analiza cómo ha llegado el momento de que las empresas pasen de la ambición individualista a una visión más amplia, y explica que este es el único modelo empresarial sostenible para el futuro.
Son solo unas pocas personas que han alcanzado un cierto nivel de éxito en su vida cuyos deseos son etiquetados como ambición por alguien más. Pero todos son ambiciosos en su propia forma limitada de pensar. Un mendigo también es ambicioso, un conductor de bicitaxi también es ambicioso. Es solo que ahora mismo conduce el bicitaxi de alguien más y su ambición es poseer algún día su propio bicitaxi, lo cual no es un pequeño salto; es un gran salto en su visión. Cree que solamente piensa en sus necesidades y te mira a ti y piensa que tú eres el ambicioso, pero no es así. Él también es ambicioso en su propia forma limitada. Comparado contigo, su deseo o ambición se ve tan limitado que parece ser categorizado como algo diferente, pero no lo es.
Un trozo más grande de la vida
La ambición es esencialmente un anhelo dentro de un ser humano de tener, de algún modo, una trozo un poco más grande de la vida. Nadie está libre de esto. Cada uno lo mira desde su contexto, por supuesto. Puede que cómo tratan de conseguirlo sea diferente para cada persona. Puede que alguien crea que el dinero es la forma de conseguir su trozo más grande de la vida. Puede que otra persona crea que el poder es la mejor forma de hacerlo. Puede que alguien crea que el conocimiento es el único camino. Puede que alguien piense que el amor es el camino. Puede que alguien piense que la corrupción es el mejor camino; esa también es una categoría sustancial, ¡no podemos ignorarlos!
La forma puede ser diferente de una persona a otra, pero no hay ser humano que no anhele ser algo mejor de lo que es ahora mismo. Esta ambición no es el problema, porque es muy natural para todo ser humano esforzarse por ser algo más. La magnitud de la ambición es la única cuestión.
Hace algún tiempo, me dirigía a la Cámara de los Lores en el Reino Unido. El tema del que hablábamos era «Sostenibilidad: ¿es la consciencia la clave?». Si nos fijamos en la forma en que están diseñadas y estructuradas nuestras ambiciones ahora mismo, si observamos el mundo en general, todo el mundo aspira a lo que cree que es una mejor forma de vivir. Hoy en día, muchas personas en todo el planeta aspiran a un estilo de vida similar al del ciudadano estadounidense promedio. Todas las naciones intentan ofrecer eso a su población. El Informe Planeta Vivo (Living Planet Report) —que se ha convertido en una fuente confiable de información ecológica—, afirma que, si siete mil millones de habitantes del planeta alcanzan el estilo de vida de un estadounidense medio, necesitaremos 4,5 planetas. Pero solo tenemos uno. Este tipo de ambición es autodestructiva. Nos llevará a una situación desastrosa. Cuando seguimos con esta forma de ambición, solo podemos desear que al menos la mitad de la gente no lo consiga nunca. Si alguien viene a ti, debes poder bendecirlo libremente con éxito en lo que desee, pero ahora, tal como van las cosas, tenemos que desear: «Que fracasen».
En 2008, cuando asistí al Foro Económico Mundial, todo el mundo estaba en una profunda depresión porque acababa de estallar la recesión. Todos llevaban la cara larga y muchas barbillas se arrastraban por el suelo. Me dieron un tema para hablar: «Recesión y depresión». La sala estaba llena de gente, y todos querían saber cómo vencer la depresión. Yo dije: «La recesión ya es bastante mala, no tienes que deprimirte también ahora».
Ahora mismo, la manera en que hemos estructurado nuestro sistema económico y la forma en que estamos conduciendo el motor económico de este planeta, si no tenemos éxito, estaremos deprimidos. Si lo conseguimos, estaremos condenados. Entonces dije: «Prefiero que estén deprimidos». Es mejor que estés deprimido a que condenes al mundo, porque con lo que aspiramos, si lo conseguimos, el mundo quedará devastado, con seguridad.
Es muy importante que nuestra ambición venga de nuestra inteligencia, no solo de la imitación. Hoy nuestra ambición es: alguien ha hecho este tanto, nosotros queremos hacer ese tanto. Si alguien ha hecho ese tanto, queremos hacer más que eso; es un proceso sin fin. Este tipo de ambición autodestructiva y contraproducente no es nada bueno.
De la ambición a la visión
La perdición del mundo es que los seres humanos trabajan con una ambición individualista limitada. En lugar de trabajar con ambición, si la gente trabajara por una visión propia, una visión más profunda de la vida para sí mismos y para todo lo que los rodea, sus ambiciones nunca entrarían en conflicto con la visión de nadie, porque fundamentalmente, todos los seres humanos trabajan por el bienestar humano. Es solo que la escala de cómo manejas el bienestar humano puede ser diferente de una persona a otra. Para una persona, el bienestar humano puede significar solo su propio bienestar. Para otra persona, puede significar el de su familia. Para otra persona, puede significar el de su comunidad o su nación. Para otra persona, puede significar el de la humanidad entera. No hay nadie en este planeta que no se preocupe por el bienestar humano. Es solo una diferencia de escala.
Si cada ser humano, en lugar de trabajar con una ambición individual —que está destinada a entrar en conflicto con la ambición de otra persona—, si trabajamos con una visión más amplia, entonces no hay necesidad de reducir nada. De todas maneras quieres bienestar. Todo lo que digo es: ¿por qué eres tacaño con tus deseos? ¿Por qué no eres más generoso? ¿Por qué no eres infinito en tus deseos? No se trata solo de «quiero estar bien». «Quiero que todo el mundo esté bien. Quiero que toda la existencia esté bien. Quiero que toda la vida esté bien». Sé realmente codicioso con tu ambición. Cualquiera que sea tu ambición para ti mismo, extiéndela a toda la humanidad o a todas las formas de vida de este planeta. Entonces no hay necesidad de reducirla. Te digo que la subas, no la bajes. Ahora mismo el problema es que la has bajado.
Cuando decimos ambición, la ambición no es más que una exageración de lo existente. Cuando decimos visión, como sugiere la palabra, nos referimos a una nueva posibilidad, a algo que todavía no es. La ambición consiste en querer tomar tanto como podamos tomar. La visión consiste en hacer que todo sea tuyo. Una es una forma agresiva de tomarlo, y otra es un acoger. Intentar tomar un pedazo del mundo y hacer que el mundo ceda ante ti voluntariamente son dos dimensiones diferentes de la vida.
Toda esta filosofía de si es posible para un hombre de negocios… Es muy posible, y no solo es posible, sino que es especialmente necesaria para un hombre de negocios, porque los negocios consisten en expandirse. ¿La expansión sucede por la inclusión o porque tomas algo por la fuerza? Si tomas algo por la fuerza, nunca te expandirás al máximo de tu capacidad. Solo si aprendes cómo hacer que el mundo ceda a lo que tú quieres que sea, podrás llevártelo todo. La ambición se trata de «más», la visión se trata de «todo».
Hay una hermosa historia en la tradición india. Un mono entra en una casa y encuentra un tarro lleno de nueces. Introduce la mano y toma un puñado de nueces. Es un tarro de cuello muy estrecho, así que su mano no sale, está atascada. El mono tiene que soltar algunas nueces, pero es ambicioso. No puede soltar ni siquiera una nuez. Tira y tira, pero la mano no sale. Entonces, viene otro mono sabio, algunos monos son sabios, ¿sabes? El mono sabio dice: «Esta no es la forma. Deja las nueces». Y juntos volcaron el tarro y todas las nueces salieron. Tenemos que pasar del «más» al «todo». Si viajas del «más» al «todo», eso significa que has viajado de la ambición a la visión.
Nota del editor
En este video la leyenda del box, Mike Tyson, recibe a Sadhguru en su casa y busca perspectivas sobre la vida, el miedo y la posibilidad humana. Sadhguru también responde preguntas sobre su propia vida, su familia y más en esta conversación única y cautivadora.