La muerte es una ficción

La muerte es una ficción de los no conscientes. Solo existe vida, vida y únicamente vida que se mueve de una dimensión a otra. En la comprensión humana, en gran medida, solo entendemos la vida individual como vida. Es como tomar una gota de un océano y pensar que es una entidad separada. Sí, lo es, pero cuando vuelve a caer al océano, ya no puedes encontrar la gota.

De manera similar, la vida individual aparece y desaparece. Cada árbol tiene una existencia individual, pero, cuando cae, se vuelve parte de la tierra; esto se aplica a todas las formas de vida, incluidos nosotros.

La muerte no es no existencia: es la vida que se mueve de una dimensión de la existencia a otra.

La vida es un proceso permanente. Cuando tu experiencia de la vida se reduce a los límites de tu naturaleza individual, entonces hay vida y muerte. Si entiendes el proceso más profundo y tu experiencia de la vida transciende las limitaciones de la existencia individual, solo hay vida, vida y vida. Está bien que disfrutes de tu existencia individual ahora mismo. Pero es importante conocer la vida más allá de su existencia individual para que no estemos viviendo constantemente con el miedo a la muerte.

La muerte no es no existencia: es vida que se mueve de una dimensión de la existencia a otra.

Saber esto te permite estar a gusto con la vida que tienes ahora mismo como individuo. De esa manera, transciendes tus limitaciones y conoces la dicha de la existencia como vida. La vida sin el miedo a la mortalidad o la obliteración es naturalmente dichosa.

La vida y la muerte están presentes en cada respiración

La vida y la muerte ocurren a la vez. Coexisten, inseparablemente, en cada respiración. La vida y la muerte son un proceso. Desafortunadamente, las sociedades modernas consideran la vida tal y como la conocen como la única posibilidad, y la muerte como algo que se debe evitar.

Estamos vivos por una cantidad de tiempo muy pequeña, pero estamos muertos por un tiempo muy largo. Considerando esto, nos enfocamos y damos prioridad al proceso de vida. Pero nadie puede conducir este proceso de vida e ignorar la muerte, que suceden simultáneamente.

Desde el momento en que nacemos, el proceso de la muerte también está en marcha; un día, estará completo. Si ignoramos esto, no podemos vivir bien. Solo cuando reconocemos que somos criaturas mortales con un plazo limitado podemos aprovechar este proceso de vida —esta cantidad limitada de tiempo y energía— al máximo.

La vida y la muerte ocurren a la vez. Coexisten, inseparablemente, en cada respiración.

Es importante que todo ser humano sea consciente de su naturaleza mortal. La profundidad de tu experiencia mejorará enormemente porque valoras cada momento de tu existencia aquí. Esto también te dará la habilidad de irte con gracia.

Aceptar una dimensión de la vida y tratar de rechazar la otra creará un proceso de vida muy sesgado. Es tiempo de que veamos la vida y la muerte como una sola cosa, y de que veamos cómo se complementan. Nuestra vida es valiosa porque es limitada. Si tuvieras una cantidad de vida ilimitada, nada tendría valor. Así pues, apreciemos que la vida y la muerte forman un solo paquete. Solo abrazando a ambas como una unidad viviremos totalmente.

La consciencia de la muerte favorece la vida consciente

Cuando te enfrentas a la mortalidad, de repente, tu inteligencia empieza a funcionar más allá de la tiranía del condicionamiento social. La vida es existencial y real: lo que ocurre en tu mente es psicológico. En otras palabras, lo que ocurre en tu mente es tu drama psicológico. Lo que ocurre en la sociedad es drama social. Pero la vida que tú eres es real.

Desafortunadamente, para la mayoría de los seres humanos, la única cosa real que hacen es su muerte; el resto está lleno de dramatismo. Necesitas meditar para entender que tú creas el drama en tu mente y en la sociedad de diversas maneras, pero tú crees que es algo te sucede a ti. Es muy importante que todo ser humano dedique un poco de tiempo cada día para distanciarse de su propio drama psicológico y social.

La vida es existencial y real: lo que ocurre en tu mente es psicológico.

Bájate de tu «BMW» —(Body, Mind, World en inglés) Cuerpo, Mente y Mundo—, al menos, unos pocos minutos al día. Desafortunadamente, la mayor parte del tiempo, tú no lo conduces: él te conduce a ti. La meditación es una especie de muerte consciente en la que detienes el drama social y psicológico. La única manera en que puedes salir del drama es creando una distancia entre tú y tu cuerpo, y entre tú y tu mente.

Tu drama psicológico es, en muchos sentidos, un reflejo de los procesos psicológicos y químicos de tu sistema. Si puedes mantener esa distancia las 24 horas del día, serás fantástico. Pero, si te bajas de tu «BMW» al menos durante unos minutos al día, conocerás la vida de una manera muy profunda y fructífera. Es mi deseo y mi bendición que conozcas esto.

La voluntad de vivir y morir propicia una vida plena

Por muy querido que algo sea para ti, incluidos tu cuerpo y tu vida, debes saber cómo dejarlo ir con gracia cuando llegue el momento. Nuestra presencia aquí es muy breve y limitada en el tiempo. No somos habitantes permanentes de este planeta. Hemos venido aquí, experimentamos la abundancia de la creación y, cuando llegue el momento, debemos irnos.

Ya se trate de nuestra casa, nuestra riqueza, nuestras relaciones, o incluso de nuestro propio cuerpo y la vida que somos, cuando llegue el momento, tenemos que partir con gracia. Es sumamente importante estar siempre dispuesto a vivir y dispuesto a morir. Estar dispuesto a morir no significa querer morir. Si estás siempre dispuesto, la vida sucederá de una manera maravillosa.

Los que se aferran no pueden evitar la muerte: solo pueden evitar la vida. Al aferrarte y no estar dispuesto a desprenderte de tu cuerpo y de tu vida, no evitarás la muerte. Solo conseguirás sofocar el proceso de la vida.

Si quieres vivir una vida plena, lo más importante es estar dispuesto a irte cuando llegue el momento. Es mi deseo y mi bendición que tengas una vida plena y maravillosa. Pero eso solo sucederá cuando estemos dispuestos, no aferrados.

No hay muerte consciente sin vida consciente

Seas quien seas, de todos modos, vas a morir. Puede que ahora mismo no puedas determinar cómo vas a morir. Lo mismo se aplica a la vida. No siempre puedes determinar qué te depara la vida, pero lo que hagas de ello en tu interior depende de ti. Desafortunadamente, la mayoría de las personas no se ha hecho cargo de eso tampoco.

Lo que la vida te depara no siempre es tu elección. Pero lo que hagas con ello es 100 por ciento tu elección. Cómo lo experimentas es tu elección. No puedes determinar lo que ocurre en el mundo, pero debes determinar lo que ocurre en tu mente y tus emociones. Por desgracia, la mayoría de los seres humanos ni siquiera ha determinado eso todavía.

Si no puedes vivir conscientemente, ¿qué posibilidad hay de morir conscientemente? Si vives conscientemente, tus pensamientos y emociones ocurren de la manera que tú quieres. Si tus pensamientos y emociones ocurren de la manera que tú quieres, los mantendrás en la más absoluta placidez.

El problema es que no estás viviendo conscientemente, pero quieres morir conscientemente. Así que no trates de morir conscientemente: vive conscientemente. Si vives conscientemente, la muerte también ocurrirá conscientemente. Si haces todo en la vida conscientemente, también morirás conscientemente.

Lo que la vida te depara no siempre es tu elección. Pero lo que hagas con ello es 100 por ciento tu elección.

Si miras la vida con suficiente atención, te volverás consciente. Inicialmente, tu atención es solo mental; pero, si continúas prestando suficiente atención, te volverás consciente.

Primero, revisa a cada momento si estás vivo o muerto; no lo des por sentado. Esto te ayudará a volverte consciente. ¿Cómo sabes, ahora mismo, si estás vivo o muerto? Compruébalo genuinamente. Si no conoces otra manera de comprobarlo, pellízcate y fíjate si estás vivo. Si eres un poco más sutil, solo observa tu respiración. Si eres aún más sutil, observa algo aún más sutil en el sistema para comprobar que estás vivo.

Si estás consciente de estar vivo, todo lo demás también ocurrirá conscientemente. Si tus pensamientos, emociones y cuerpo ocurren conscientemente, la muerte también ocurrirá conscientemente.