¿No te sientes bien? ¿Cómo decides si necesitas un médico?
Sadhguru nos recuerda que la salud es una aspiración natural de cada célula del cuerpo, no algo que debamos asumir como una misión. Afirma que, si nos prestamos la atención necesaria, podemos convertirnos en los mejores expertos de nuestro propio bienestar.

Pregunta: ¿Hay problemas físicos que uno puede tratar por sí mismo, mientras que para otros se necesita ayuda externa, es decir, terapias, medicamentos y cirugías? ¿Cómo distinguirlos?
Sadhguru: Los sistemas de salud modernos hacen que muchas personas busquen ayuda externa, incluso cuando no es necesario. Se ha convertido en una cultura, pero, más que eso, es una gran actividad comercial. De una economía de diecinueve billones de dólares en Estados Unidos, más de tres billones corresponden a la atención en salud. Eso no es una buena señal en absoluto. Un gran número de procedimientos, terapias y cirugías son en gran medida innecesarios, pero se llevan a cabo porque favorecen a la economía y tienes que mantenerla en marcha.La opinión de un experto
Solo hay determinados aspectos que requieren una intervención externa. ¿Cómo distinguirlos? Primero, debes hacer todo lo que te sea posible. Si aun así no funciona, entonces buscas ayuda externa. Esto puede parecer completamente fuera del alcance de las sociedades modernas, pero si prestas suficiente atención —por ejemplo, supón que te duele la mano—, no necesitas que un gran experto te diga que este músculo en concreto está inflamado y que necesita reposo. Si tan solo observas, sabrás cuál necesita descanso y cuál actividad. Pero nadie quiere usar su juicio; prefieren la opinión de un experto.
Te digo que tú eres el experto, porque el médico nunca sabe dónde ni cuánto duele. Solo lo sabe por lo que dices o al tocarte. Tú lo sabes mejor que nadie. Pero, si vives de modo que solo te enfocas en la superficie y las apariencias externas, no en cuerpo, entonces alguien tiene que decirte cuál músculo debe reposar y cuál requiere ejercitarse. Si prestas atención, lo sabes. Aunque lo sepas, puede que no lo hagas por pereza, falta de tiempo u otra cosa. Eso es diferente. Pero, si prestas suficiente atención, todo el mundo es capaz de saberlo. No necesitas que nadie te lo diga.
El 70% de las dolencias no necesitan tratamiento
Por supuesto, hay cosas que desconoces, para las que necesitas que un experto te diga qué está mal contigo. Si te falla el riñón, puede que no seas capaz de saberlo. No puedes entender por qué aparecen los síntomas. Entonces debe intervenir el médico. Pero, para muchos de los problemas comunes, no necesitas ninguna ayuda externa. En mi opinión, el setenta u ochenta por ciento de las terapias y el sesenta por ciento de las cirugías podrían descartarse en el mundo, y la gente seguiría estando bien, siempre que estuviera dispuesta a comer adecuadamente y a hacer unas cuantas cosas por su bienestar.
Yo diría que, en promedio, el setenta por ciento de las dolencias no necesitan tratamiento, sino disciplina. Un treinta por ciento necesita tratamiento e intervención externa. Si desaparece el setenta por ciento de los tratamientos requeridos en el mundo, porque la gente está haciendo lo debido consigo misma, entonces podríamos decir que la humanidad goza de una salud óptima. Algunos puntos porcentuales pueden variar en uno y otro sentido, dejando un margen para los perezosos y los ignorantes, pero el resto puede sanar con un poco de atención y esfuerzo.
Cada vez que me pasa algo, siempre le pregunto a un médico: «Bueno, ¿qué pasa?». Me dice: «Esto y aquello, debes tomar este o aquel otro medicamento». Yo no lo tomo, pero hago otra cosa. La gente a mi alrededor se frustra: «Entonces, ¿para qué vas al médico?». Solo quiero una segunda opinión. Sé lo que me está pasando, pero también lo compruebo. No soy tan pretencioso como para pensar que «esto es lo que tengo». Así que lo compruebo, pero ¿tengo que hacer lo que me dicen? No. Haré lo que me funcione mejor a mí.
Una aspiración natural por la salud
Esto requiere un cierto nivel de atención y consciencia sobre uno mismo. Sobre todo, esta excesiva preocupación por la salud es una enfermedad en sí misma. Si te fijas en el número de libros y la cantidad de publicaciones que hay en el planeta sobre salud, sobre todo en Estados Unidos, parece ser que la salud es un gran fetiche. Eso en sí es mala salud. ¿No deberías preocuparte? Sí, deberías. Pero debes entender que la salud es una aspiración natural de cada célula de tu cuerpo. No es una intención que tengas que crear en tu mente.
La salud se convierte en una intención en tu mente solo si estás comiendo mal, viviendo mal, bebiendo mal, respirando mal, haciendo todo mal. Entonces tienes que mantener esta intención: «Quiero estar sano, quiero estar sano». Pero, si haces todas estas cosas correctamente, no tienes que pensar, «Quiero estar sano». Cada célula de tu cuerpo se está esmerando y quiere estar sana. Solo déjalas en paz. No las vuelvas cancerosas. Solo déjalas en paz y harán su trabajo.
Pero vivimos en un mundo en el que puede que respiremos lo que no deberíamos respirar, bebamos lo que no deberíamos beber, comamos inconscientemente lo que no deberíamos comer. Puede que haga falta un poco más de cuidado porque, hoy en día, vivimos en un mundo tóxico. Hemos contaminado todo lo que consumimos. Pero la salud es una aspiración natural del cuerpo y de cada una de sus células. No es algo que debas asumir como una misión.